La confianza, la base de cualquier proyecto

Los culés se empiezan a cansar de la situación y piden que se tomen decisiones inmediatas

Lo de ayer en el nuevo Mirandilla fue una muestra más de la difícil situación que vive el club y que ya no se sostiene por ningún lado. La relación entre jugadores y entrenador, y la de entrenador y presidente, está rota del todo y la única solución posible es que ambas partes lleguen a un acuerdo para finalizar dicho contrato. Sin embargo, pasan los días y la situación sigue siendo la misma.
Desde un principio, se sabía que Koeman no era el entrenador que tenía en mente Laporta, pero debido a delicada situación económica que está viviendo el club, el presidente se vio obligado a dar continuidad al técnico holandés y confiar en él como entrenador del primer equipo. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha visto que esta decisión, acompañada de todo lo que sucedió en el mercado veraniego, ha sido de todo, menos acertada.
La tensión ha ido en aumento y tanto los resultados como el juego del equipo no han acompañado a que esta situación se destense. Si no, todo lo contrario, la mala dinámica en la que se encuentra el club, séptimo en liga tras seis jornadas, un juego muy alejado de su modelo de éxito, una dura derrota ante el Bayern en la primera jornada de la fase de grupos de Champions, no ha hecho más que acrecentar toda esta decadencia en la que se está dirigiendo el conjunto azulgrana. Aunque desde la junta se siga diciendo que se respeta al entrenador, la realidad es que están haciendo tiempo y hasta que no tengan un sustituto claro, no van a desprenderse del técnico holandés, que cada día que pasa se aleja más del banquillo azulgrana.
La derrota ante el Bayern, de dónde salió el famoso ‘es lo que hay’, fue una muestra clara que el equipo no está en condiciones de competir contra los más grandes de Europa, cuando no hace mucho eran el resto de equipos los que temían enfrentarse al Barça en Champions. Recordamos que el Barça no gana una Champions desde la temporada 2014–2015, cuando el magnífico tridente, bajo las órdenes de Luis Enrique, logró el triplete. Desde ese año, la historia del Barça en competición europea se cuenta de batacazo en batacazo, los cuáles no hace falta que recordemos. A todo esto hay que sumarle la mala gestión, sobre todo de la anterior junta, que en los últimos años ha llevado al club a una decadencia absoluta, en la cual se sigue inmerso y cada vez es más complicado salir de ella. También hay que sumarle todas las pérdidas derivadas de la pandemia, que no han hecho más que acrecentar todo este desastre y han llevado al club a una situación muy delicada económicamente y que impidió mantener, en sus filas, al mejor jugador de toda la historia del club, Leo Messi.

La temporada no ha empezado de la mejor manera, pero el club aún está a tiempo de tomar las decisiones correctas que permitan enderezar el rumbo del equipo. Mientras, Koeman sigue haciendo gestos que afirman su ruptura total con la junta directiva, como la que vivimos en la rueda de prensa anterior al partido del Cádiz, en la cual leyó un comunicado por su cuenta y luego se negó a las preguntas de los periodistas. Por otro lado, el juego del equipo sigue sin mejorar y, por mucho que Koeman insista que con esta plantilla es lo que hay y que los jóvenes tienen sus oportunidades, la afición sigue estando muy molesta, ya que ve que el equipo sigue navegando sin ningún tipo de rumbo y, es más, sin ningún capitán capaz de coger el timón y ser capaz de levantar el ánimo de todos los jugadores y poder dar la vuelta a la situación. A todo esto, empiezan a sonar los primeros nombres, como los de Xavi Hernández, Robert Martínez, Andrea Pirlo, Antonio Conte… pero el mensaje del club ante los medios es que Koeman sigue teniendo toda la confianza. Sin embargo, las indirectas que se lanzan unos a otros parece evidenciar lo que todo el mundo ve, la relación entre Koeman y el club azulgrana se ha desgastado tanto, que ya no hay nadie que lo sostenga. El club, debido a la delicada situación económica que vive, no tiene claro el sustituto del técnico holandés y se espera que en cuanto lo tengan, el anuncio de la rescisión del contrato de Ronald sea inmediata. Quién sabe si la decisión puede ser la correcta, solo el tiempo nos lo dirá, pero lo que está claro es que alguna pieza hay que tocar y Koeman ya está en la cuerda floja desde hace tiempo. No obstante, hay que pensar que la temporada ya está en marcha y la semana que viene el equipo tiene partidos muy importantes, en clave Champions, un duelo vital ante el Benfica, mientras que en La Liga espera un partido de altos vuelos en el Wanda Metropolitano, donde esperan Suárez y Griezmann.

A todo esto, yo lo tengo claro, gastar la ficha de Xavi ahora mismo no sería la decisión más acertada, ya que el de Terrassa necesita iniciar un proyecto desde cero y con la temporada ya empezada y partidos clave en los próximos días, su llegada no la vería del todo clara. Por otro lado, está ‘Bob’ Martínez, el entrenador que genera más consenso dentro de la junta directiva, pero el técnico de Balaguer dirige la selección de Bélgica y tiene a la vuelta de la esquina un Mundial y dudo que su llegada vaya a ser fácil. Aun así, también creo que Koeman no debe seguir en el banquillo azulgrana, ya no solo por los resultados, más por su nula lectura de los partidos y sus continuas quejas sobre la situación de la plantilla, algunas entendibles, ya que la plantilla es inferior a la del año pasado y siguen habiendo muchas bajas. Todo esto me lleva a pensar que antes que cualquier parche, como puede ser Robert Martínez, que en Bélgica usa el sistema de 3 centrales, optaría por algún interino y aguantar hasta el próximo verano, donde ahí no tengo ninguna duda que el elegido debe ser Xavi Hernández. De momento, solo queda confiar en que los lesionados se acaben de recuperar, entre los cuales se encuentra Ansu Fati, el cual se espera que tenga minutos ante el Levante, y seguir creyendo en los jóvenes.